Carta abierta a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos

A ustedes que hoy también están extrañando a alguien.

Elin Santiago Muñoz, mi papá, estudió en la Normal Rural Isidro Burgos. Él nació en Chiapas, inició estudiando en Mactumactzá y no sé cómo es que terminó en Ayotzinapa. Desconozco también los nombres de sus compañeros o de sus maestros, cuáles eran su materias favoritas o quienes eran sus mejores amigos. Yo presiento que fue buen estudiante pero no lo sé de cierto. Lo que sí sé de mi papá, es que tenía ansias por la vida y la capacidad de indignarse ante lo injusto. Por eso se cansó, se cansó de ver a su gente trabajar de sol a sol por unos cuantos pesos mientras políticos y burócratas se rascaban el ombligo pero se llenaban los bolsillos de billetes. Se cansó de un sistema que encarcela inocentes y a los culpables los libera y los honra. Se cansó de saber de las muertes de tantos, tantos muertos por injusticia, muertos de hambre, de frío, de enfermedad, de miseria. Se cansó de saber de asesinados, presos y desaparecidos políticos.

Mi papá decidió luchar de todas las formas en que le fuera posible.

Un 9 de abril de 1979, fue asesinado. Lo asesinaron militares y miembros de la Brigada Jaguar. Fue el Estado.

Elin decidió dar todo de sí para que los demás no tuviéramos que hacerlo, con la esperanza de que nadie más fuera asesinado o desaparecido o encarcelado a causa de sus ideas. Elin dio su vida con la esperanza de que sus 43 hijos estuvieran a salvo.
Él no falló. Fallaron los demás, fallaron los faltos de memoria, los faltos de valor, los faltos de conciencia, los faltos de dignidad.

Hoy, 36 años después, recuerdo a mi papá en cada rostro de sus hijos y estoy más decidida que nunca a no fallar, a no dejar que el tiempo, el olvido, el cansancio y el desgaste ganen.

Hoy, quiero abrazarles y decirles que siento por ustedes y por sus hijos ese cariño que me han enseñado a tener por las personas que luchan, que resisten y que son dignas. Sus hijos están siempre conmigo y espero que pronto estén con todos.

¡Vivos los llevaron, vivos los queremos!