Omar García: Reflexión a 9 meses

¿Cuál de todos los métodos de tortura practicarán en mi cuerpo cuando me lleven preso, antes de asesinarme o desaparecerme? ¿Utilizarán la tortura de la gota? ¿Me harán descargas eléctricas por todo mi cuerpo o pondrán una rata tapada con una cubeta metálica sobre mi abdomen para prenderle fuego por fuera después? ¿Me clavarán alfileres en las uñas para que les diga la verdad? ¿Cuál verdad si la he dicho durante nueve meses? ¿Me desollarán como a mi compañero Julio César Mondragón Fontes para infundirle terror al pueblo?

REPITO: ¿cuál de todos los métodos? ¿Acaso los combinarán todos con inigualable maestría? ¿Habrá corrientes hegemónicas de tortura entre los verdugos? ¿Compiten entre ellos? ¿Serán verticales u horizontales? ¿Intrasistémicos o Antisistémicos?

A veces llego a preguntarme si quienes nos oprimen son más creativos que los luchadores y luchadoras de mi pueblo. Pues ellos no están como nosotros en interminables análisis sobre cómo torturar y matar, ellos matan, torturan... Nosotros deberíamos simplemente trabajar, transformar.

Compañeros y compañeras:

Se han cumplido Nueve Meses de los acontecimientos en Iguala aquel 26/09/14, algo importante hay que decir... Pues en nueve meses algo debe haber nacido. O algo debe no haber nacido. O algo se sigue gestando.

Quienes estamos del lado de los padres y madres de familia de nuestros #43 compañeros desaparecidos creemos que en las luchas serias no se trata sólo de atribuirle al "enemigo" las causas de nuestros fracasos, sino que parte de éstos se deben a tropiezos propios.

Esto lo decimos de manera responsable y sabiendo de antemano que quien está en contra nuestra podrá entresacar cosas que le sirvan para atacarnos, pero debe quedar claro que a estas alturas esos alfilerazos ya no nos dañan.

Debe comprenderse que desde el inicio nos hemos enfrentado al problema desde posiciones diferentes que han venido coexistiendo a veces pacíficamente, otras de manera muy tensa.

Lo que nos mueve al escribir estas líneas es demostrarle al colega luchador social, activista y no activista, a la población, que más que tener a la lucha como una carrera en la cual se compite con los demás activistas y luchadores, nosotros tenemos a la lucha como un asunto en el cual los esfuerzos grandes y pequeños son complementarios unos de otros.

Se comprende por eso que los padres, los cuales mas que luchadores sociales son víctimas, se hayan complementado con estudiantes y abogados, organizaciones y gran parte de la sociedad que si bien queremos lo que ellos: también queremos transformar este país.

Pese a los buenos deseos y a la lucha intensa el hecho es que se cumplieron nueve meses ya... El tiempo de búsqueda de justicia, sin embargo no ha pasado en vano y nos ha enseñado cosas muy ciertas y serias, por ejemplo, que hemos descuidado cosas vitales. De esas cosas que hay que atender pues de lo contrario esto no va a solucionarse, ya no digamos por el Estado que pocas o nulas intenciones tiene de hacerlo, sino por el pueblo mismo.

Algunas personas que nos han apoyado han asumido la idea absurda de que ayudar con despensa, dinero y con asistencia a las acciones globales es suficiente.

Eso en parte, otras, espero la mayoría, se han topado con pared pues cada vez que se trataban de acercar con una buena propuesta o idea no encontraban apertura de nuestra parte. En ese sentido el error es nuestro y debemos formular mecanismos más amplios de apertura y escucha.

Nosotros pensamos que se debe asumir que faltan brazos, cabezas, manos, sujetos para el trabajo organizativo; personas que no menosprecien los brotes nuevos que vieron la vida luego del 26/09/14. Y no sólo eso: que no se deje la responsabilidad de organizar y transformar al país en espaldas de los padres, como si de un partido o candidatos "transformadores" se tratara.

¿Qué significa esto último? Pues no otra cosa que la puesta en evidencia que los métodos y concepciones tradicionales de lucha no están a la altura de las exigencias de la realidad actual.

Sin el ánimo de ofender a nadie, y para ejemplificar, uno de los grandes fracasos es haber tenido en manos del movimiento más de 20 municipios, pero no plantearse algo más que la "toma simbólica" de éstos. Y no porque no hubiera referentes claros ya de formas organizativas aplicadas y aplicables en nuestro país, sino porque la tradición nos vence o porque los movimientos sociales de izquierda en México no buscan la transformación profunda, sino la confrontación para luego negociar componendas.

Otra de las grandes razones de los límites de nuestro crecimiento es que el conjunto de los movimientos sociales en México no supieron interpretar lo que significó la apertura a la Asamblea Popular Nacional (ANP), pues muchos brillaron y siguen brillando por su ausencia en este organismo.

También recuérdese que se convocó a la Convención Nacional Popular (CNP) ya en dos ocasiones y de nuevo faltaron muchos. Tanto la ANP como la CNP siguen vivas y posibilitando el cambio o siendo parte del conjunto de esfuerzos.

En los primeros días del movimiento nosotros los estudiantes, padres y abogados entendimos de inmediato que esto no era un problema aislado ni de 43 familias, sabíamos que teníamos que trascender más allá de lo imaginable. Fue en ese espíritu que nos abrimos al resto de movimientos y pueblo. Fue en ese espíritu como la gente se incluyó y durante los primeros meses hicimos temblar la tierra.

Luego comprendimos que no se trataba de hacer temblar la tierra, sino de transformarla.

Por esa razón iniciamos los primeros recorridos al interior del país en noviembre, diagnosticando las fuerzas reales y potenciales para el cambio, entablando relaciones. El número de personas disminuía en las calles, pero las relaciones y articulaciones del tejido organizacional crecía y sigue creciendo, pues las caravanas internacionales obedecen también este objetivo.

Ni siquiera el Estado podría negar que hay más personas y organizaciones interesadas en la transformación del país ahora que antes del 26/09/14. Además tenemos la seguridad de que muchas de las personas que ya no salen a las calles, o bien fueron neutralizadas por la propaganda gubernamental o bien necesitan ver perspectivas reales de cambio en este movimiento para poder sumarse de nuevo.

El problema no es que no haya personas, organizaciones, pueblo dispuestos a la lucha, el problema es que nos falta ímpetu y participación decidida...

Queremos ver que se incluyan a este movimiento aquellos y aquellas que no han estado, pero que mantienen una lucha sin cuartel contra el sistema capitalista.

Queremos vernos entre esta multitud que deja las discusiones inútiles y se pone a trabajar.

Creemos que en nueve meses bastante hemos aprendido y también a bastantes hemos conocido. No todos ni todas tenemos la experiencia, capacidad, coraje, pero todos y todas somos parte de este gran movimiento y debemos reconocernos y valorarnos.

A nosotros nos indignó bastante la desaparición forzada de nuestros compañeros, nos indigna aún más la forma en que el Estado mexicano niega su responsabilidad y se ha burlado durante nueve meses de nuestra dignidad...

Pero hay algo que de verdad nos indigna más que las dos cosas anteriores, y eso es la gente y organizaciones que se han colgado del nombre de nuestros #43 para lograr sus particulares demandas.

Pero sabíamos que cosas como esas pasarían y asumimos porque es evidente, que hay muchísima gente buena en todo este nuestro suelo, en esta nuestra tierra.

Con ustedes compañeros y compañeras es que queremos marchar hacia adelante, no importa si estamos como al principio: contra todo pronóstico, contra toda posibilidad, asumiendo que si no es ahora entonces ¿cuándo? Asumiendo que ciertamente hay dificultades y que el objetivo se torna incierto, pero somos muchos más que al principio y que todos y todas estamos empeñados en esta lucha. A estas alturas echarse para atrás es inconcebible. Ni ustedes ni nosotros descansaremos hasta encontrarlos.

¡PORQUE VIVOS SE LOS LLEVARON!

¡VIVOS LOS QUEREMOS!

Omar García Velásquez

26/06/15