Aclaraciones a un entrevistado

Rosario Ibarra de Piedra

El sábado 5 de diciembre de 2015, en la sección política, apareció una entrevista que Blanche Petrich le hizo a Fabrizio Mejía Madrid, autor de la novela Un hombre de confianza. El señor Mejía Madrid declaró: "Pero fue el caso Ayotzinapa el que me sacudió como corrientazo de electricidad. Ahí cayeron las piezas en su sitio y empecé a escribir la novela... Porque Ayotzinapa no es un crimen aislado, es parte de una historia de crímenes de Estado que empezaron en los 60, los 70. Pero no han cesado".

Cómo es posible que esta terrible y dolorosa desaparición forzada de 43 jóvenes haya sido su inspiración para escribir una novela, cuyo actor central es uno de los peones más serviles y más abominables que ha tenido el sistema; que fue el encargado de coordinar a todas las hordas criminales militares y policiacas que llevaban a cabo (y aún lo siguen haciendo) la detención, desaparición, y maestro brillante de esta gran escuela del crimen que ha sido el mal gobierno de México y su Secretaría de Gobernación durante décadas.

El autor dice también que siente la responsabilidad de hablar de las torturas y las ejecuciones que le fueron descritas en las entrevistas que realizó para documentarse sobre este ser siniestro, despiadado e inmoral, que escogió para tema de su libro; además, se atreve a afirmar porque "tiene una fuente sólida, pero que no revelará", y que "le aseguró en términos mucho más claros" que lo que él pone en su libro, que Jesús Piedra Ibarra murió en una sesión de tortura a los pocos días de ser detenido. Y el señor Mejía Madrid, dando por cierta esta información y admitiendo que no la pudo verificar, aun así, él no sólo decidió encubrir a quien le reveló la supuesta verdad de un crimen de esta naturaleza, sino que también lo publicó en su libro y tuvo la insolencia de decirlo en una entrevista periodística, como si le constara. ¿Qué pruebas tiene para afirmarlo? ¿Quién se lo dijo? ¿Un agente del gobierno? ¿Alguien que participó? Si lo cree y habla de sentir responsabilidad ¿por qué no lo denunció? ¿De qué responsabilidad habla entonces el señor Mejía Madrid? ¿Para con quién? Y si realmente se inspiró en la desaparición forzada de los 43 normalistas, y si es tan bueno para encontrar respuestas, ¿por qué no escribir de los responsables del pasado que aún viven y que todavía se mueven en el gobierno, y de los actuales que comandan los ejércitos de terror por todo el país?, que al fin y al cabo es una novela.

Durante 40 años hemos buscado la verdad y hemos encontrado muchos rastros, pero mientras no tengamos la certeza, para nosotros, su familia y para todos los que luchan por encontrar a los suyos detenidos-desaparecidos en las cárceles clandestinas del mal gobierno, Jesús Piedra Ibarra sigue vivo al igual que todos los desaparecidos y así los seguimos reclamando.

Y que le quede bien claro al señor Mejía Madrid que los miles de ciudadanos sustraídos de esta sociedad, por la violencia del Estado, no son personajes de novela ni mucho menos sustento para vender libros que traen de vuelta a la opinión pública, aunque sea como protagonistas de cuentos, a gobernantes criminales responsables de la desaparición forzada de personas en este país, que deberían de permanecer en la oscuridad, sumidos en la ignominia y que sólo volvieran a ser nombrados cuando fueran a ser juzgados por la magnitud de sus crímenes.

El dolor y la angustia constantes y la ansiedad de los familiares de no ver, no saber e imaginar el sufrimiento de los suyos inermes en manos de estos sádicos cobardes del poder, no son ficticios, es de por sí una tortura que no cesa en ningún momento.

El afirmar algo así, dando credibilidad a un dicho, sin tener prueba alguna, tal vez aumente las ventas de su libro, pero tendrá todo nuestro repudio, ya que sólo contribuye a clavar más el puñal del mal gobierno en la lucha por la libertad de los desaparecidos.

¡VIVOS LOS LLEVARON!

¡VIVOS LOS QUEREMOS!

Rosario Ibarra

Rosario Piedra Ibarra

Carlos Piedra Ibarra

Carlos Piedra Ibarra

Comité ¡EUREKA!

Monterrey, NL, 10 de diciembre de 2015

Aparecido en La Jornada