Francia: la peste del fascismo corriente se expande

Como se hace costumbre en este campo de concentración llamado planeta tierra, el jueves 2 de febrero, el joven Théo de 22 años de edad, tuvo la desgracia de encontrarse con cuatro policías de la "Brigada especializada de terreno", encargada de la represión en los barrios populares franceses. Los policías interpelaron a Théo. Además de someterlo e insultarlo, uno de ellos lo golpeó con su macana telescópica en un movimiento horizontal dirigido a las nalgas del joven, atravesando el pantalón y provocando una grave herida.

Citando a "una fuente cercana a la investigación" el periódico francés Libération afirma que "las imágenes de las cámaras de seguridad permiten ver claramente las agresiones y, en cierto momento, un golpe de macana telescópica, dado en dirección horizontal, traspasa el pantalón del joven". No está de sobra recordar que las macanas se usan generalmente para dar golpes en dirección vertical, por lo que el golpe dado a Théo revela la intención de agredir sexualmente al joven...

Para mayor vergüenza de la policía y las autoridades responsables, compartimos el testimonio que Théo dio a su abogado, publicado en el sitio BFMTV:

Théo relata que por casualidad fue interpelado. Tras haber salido de casa para ir a saludar a algunos conocidos, los policías llegaron para realizar un control de identidad. Cuenta que estaba sorprendido por la violencia de los agentes y que buscó ponerse en un sitio donde pudiera ser grabado por las cámaras de vigilancia:

"Sabía que donde estaba no hay cámaras, conseguí zafarme y me moví hacia las cámaras. No quería huir. Les dije a los policías: "me rompieron mi mochila", ellos respondieron "¡nos vale!". Eran tres los que me detuvieron. Les pregunté "por qué hacen esto?", ellos no respondieron, sólo me insultaban…

Enseguida, Théo cuenta cómo uno de los policías vino hacia él y lo hirió "voluntariamente" en el ano con su macana. Una herida que lo llevó a ser operado rápidamente después de su detención:

"El policía me miró, yo estaba de espaldas, pero estaba en tres cuartos, por lo que veía lo que hacía detrás de mí. Tomó su macana y me la enterró en las nalgas, voluntariamente. En cuanto me hizo eso, me doblé sobre mi vientre, ya no tenía fuerza. Entonces me dijo "¡las manos en la espalda!", tuve que poner las manos en la espalda, me pusieron las esposas y entonces me dijeron "¡ahora, siéntate!". Yo les respondí: "no puedo sentarme, ya no siento mis nalgas", y me echaron gas lacrimógeno en la cabeza, en la boca, un macanazo en plena cabeza… como tenía tanto dolor en las nalgas esos dolores parecían efímeros… era demasiado duro para mí. Mi pantalón estaba bajado, tenía mucho dolor…

El joven prosigue su relato explicando que los policías intentaron sacarlo del campo visual de las cámaras de vigilancia, pero cuando un vecino les preguntó insistentemente qué iban a hacer con el joven, lo subieron a su vehículo para llevarlo a la comisaría:

"No podía caminar, estaba fuera de mí. Creí que iba a morir, caminé pero porque ellos me sostenían con fuerza". En el vehículo, lo golpearon de nuevo y recibió burlas e insultos, especialmente "puta" y "negro".

De acuerdo con su testimonio, los policías se dieron cuenta que el joven sangraba de la zona en que el agente lo había golpeado, lo que hizo que las bromas se repitieran. En la comisaría se le pidió que se sentara, él respondió que no podía hacerlo. Entonces un policía le dijo que se acostara. Minutos después uno de los agentes decidió de llamar a las emergencias.

"Uno de los paramédicos me puso boca abajo, miró la herida y me dijo que era muy grave: 5 o 6 centímetros de largo, que era necesario operar lo más rápido posible… me dijeron que había perdido mucha sangre. El golpe de macana que me dieron en las nalgas me marcó para toda la vida, es algo que no deseo a nadie, físicamente estoy muy disminuido, no logro moverme, no duermo en la noche", concluyó el joven.

Políticos, autoridades y policías intentan minimizar los hechos, algunos hablando de lo difícil que es la tarea de los agentes en los barrios populares, otros llegando al extremo de decir que el agresor no tenía la "intención de violar" a Théo. En la casta política nadie se quiere enemistar con la policía por lo que los delitos de los agresores han sido rebajados, descartando en particular el cargo de "violación".

En los días recientes se han producido múltiples manifestaciones de repudio a la policía y de apoyo a Théo y a todas las víctimas de las violencias policíacas. En los barrios populares la protesta cobra forma de ataques contra la policía, generando una situación explosiva.

Desde Ciudad Monstruo hacemos eco de la indignación de la víctima y las comunidades hartas de la violencia policíaca. Con ellas decimos ¡Chinga a la policía!