"No para que lloremos, no para que nos lamentemos": Marchar "para seguir entrelazando nuestras esperanzas"

"¡Recuerda!"

La Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, mejor conocida como “Polacas”, fue el punto de partida de la marcha que se organizó a raíz del asesinato de Lesvy Berlín Orozco Martínez, cuyo cuerpo fue hallado el pasado miércoles 3 de mayo de 2017, entre el Instituto de Ingeniería y la Facultad de Química. Aunque este crimen fue un duro golpe para una gran comunidad que concibe a Ciudad Universitaria como un espacio seguro, para muchos universitarios ese no es el mayor problema porque se trata de una realidad que atañe a todo el país: el descaro con el que se llevan a cabo miles de delitos, la impunidad, así como la actitud desinteresada y apática de la que las autoridades y la prensa hacen gala. Además, la violencia sistematizada hacia las mujeres es algo a lo que nos enfrentamos diariamente y que, lamentablemente, ha llegado a niveles alarmantes: desde varias formas de acoso callejero, violencia doméstica, violaciones, feminicidios. Ser mujer en este país es vivir expuesta a todo tipo de vejaciones surgidas de la falta de respeto al, etiquetado injustamente, “sexo débil”. “A un tiempo social, económica, política y ecológica, ésta es una crisis general... de nuestra forma presente, históricamente específica, de capitalismo: financiarizado, globalizador, neoliberal. Los movimientos de emancipación afrontan hoy, como en toda situación de crisis, retos difíciles. Entre otras cosas, el actual régimen neoliberal pretende atrasar el reloj en lo referente a la igualdad. Ridiculizando las versiones más sustanciales y ambiciosas que surgieron en épocas anteriores, este régimen impondría un modelo de mercado, que reduce la igualdad a una visión idealizada del intercambio mercantil, en el que agentes económicos independientes intercambian libremente mercancías equivalentes. Esta visión… no tiene nada que ver con la coerción y la desigualdad que caracteriza a las transacciones mercantiles que tienen lugar en el mundo real. La perspectiva neoliberal celebra… la elección individual, el intercambio entre iguales y el logro meritocrático, al tiempo que cierra los ojos ante las desigualdades estructurales laboriosamente descubiertas y cuestionadas durante las décadas anteriores por los grupos subalternos, incluidos los feministas… Al entrar el neoliberalismo en su crisis actual… el impulso de reinventar el radicalismo feminista está reviviendo... Un feminismo revitalizado se une a otras fuerzas emancipadoras con el objetivo de someter los mercados desbocados al control democrático… El movimiento recupera su espíritu insurreccional, al tiempo que fortalece el marco conceptual que lo caracteriza: la crítica estructural al androcentrismo capitalista, el análisis sistémico de la dominación masculina, y una revisión de la democracia y la justicia que tenga en cuenta las cuestiones de género.” (Nancy Fraser, Fortunas del feminismo)

“La lucha contra la opresión se inspira tanto en las víctimas del pasado como en las esperanzas por las generaciones futuras y también, o sobre todo, en la solidaridad con las del presente. Esa insistencia hace pensar en el imperativo judío: Zachor, ¡recuerda! Recuerda a tus antepasados que fueron esclavos en Egipto, masacrados por Amalec, exiliados en Babilonia, sometidos por Tito, quemados vivos por las Cruzadas y asesinados en los progromos. Con otra forma, el culto de los mártires vuelve a encontrarse en el cristianismo, que hizo de un profeta crucificado su Mesías y de sus discípulos torturados, sus santos. Pero el mismo movimiento obrero siguió ese paradigma, en una forma absolutamente profana. La fidelidad a la memoria de los ‘mártires de Chicago’ -los sindicalistas y anarquistas ejecutados por las autoridades estadounidenses en 1887, en una parodia de justicia- inspiró, a lo largo del siglo XX, el ritual del 1° de Mayo. Conocemos la importancia, para el movimiento comunista en sus primeros años, del recuerdo de los asesinatos de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburgo en 1919. Pero quizás América Latina represente el ejemplo más impresionante del papel inspirador de las víctimas del pasado, si pensamos en el lugar que han tenido, en el imaginario revolucionario de los últimos treinta años, las figuras de José Martí, Emiliano Zapata, Augusto Sandino, Farabundo Martí y, más recientemente, Ernesto ‘Che’ Guevara.” (Michael Löwy, Walter Benjamin: Aviso de incendio. Una lectura de las tesis “Sobre el concepto de historia”)



El "estar juntos de los cuerpos"

La marcha del viernes 5 de mayo de 2017 demostró que la solidaridad y la indignación son capaces de unirnos en torno a una misma causa y conducirnos a vulnerar el silencio de la indiferencia y el miedo. El llamado a la marcha difundido en pocas horas a través de Twitter, Facebook y numerosas páginas electrónicas, permitió que este viernes nos reuniéramos en Polacas a las dos de la tarde para organizar a los participantes y emprender el camino. El recorrido perfiló dos estaciones fundamentales: llegar a las espaldas del Instituto de Ingeniería de la UNAM, al lugar donde fue hallado el cuerpo de Lesvy, para después dirigirnos hacia la Rectoría. Seguimos el camino de la ciclopista, pasando por el Instituto de Matemáticas, la Facultad de Ciencias y a través del anexo de la Facultad de Ingeniería. Al frente de la marcha se reunieron diversos contingentes de mujeres: jóvenes estudiantes movidas por la solidaridad y la indignación, representantes de numerosas instituciones de educación superior, así como brigadas de colectivos y organizaciones políticas de signos y orientaciones variadas. En su caminata, fueron acompañadas por grupos mixtos y de hombres, que coreaban y suscribían las reivindicaciones pronunciadas. A lo largo del camino, se nos fueron uniendo más participantes, entre los cuales había muchos alumnos y profesores. Las voces se dejaban escuchar, fuertes, dignas, emocionadas, gritando las consignas que caracterizaron al movimiento:

“¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta, alerta que camina, la lucha feminista por América Latina!”
“¡Y tiemblen, y tiemblen, y tiemblen los machistas porque América Latina será toda feminista!”
“¡Porque no! ¡Ya te dije que no! ¡Pendejo, no! ¡Mi cuerpo es mío, yo decido, tengo autonomía, yo soy mía!”
“Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar a este sistema patriarcal”
“Porque vivas las llevaron, vivas las queremos”
“¡No fue suicidio, fue feminicidio!”
“¡No, no, no! ¡No es un hecho aislado, los feminicidios son crímenes de estado!”
“No somos una, no somos cien: ¡pinche Rector cuéntanos bien!”
“Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”
“¡Sí se puede, si una mujer avanza ningún hombre retrocede!”
“¡Señor, señora, no sea indiferente, se matan a mujeres en la cara de la gente!”

En su brevedad y en su ritmo, estas frases engloban un sentimiento en común que apunta hacia el enojo y buscan resaltar verdades que algunos prefieren ignorar. La violencia hacia las mujeres es real en nuestro país pero también a una escala mayor. Es por esto que también hace falta que seamos conscientes de la importancia de la unión con otros países hermanos que viven lo mismo que nosotros. La lucha feminista sobrepasa fronteras geográficas, pues el feminismo no busca excluir, sino unir.
“En el presente de nuestros países continúa en vigencia una situación de colonialismo interno… Hay en el colonialismo una función muy peculiar para las palabras: las palabras no designan, sino encubren, y esto es particularmente en la fase republicana, cuando se tuvieron que adoptar ideologías igualitarias y al mismo tiempo escamotear los derechos ciudadanos a una mayoría de la población. De este modo, las palabras se convirtieron en un registro ficcional, plagado de eufemismos que velan la realidad en lugar de designarla. Los discursos públicos se convirtieron en formas de no decir. Y este universo de significados y nociones no-dichas, de creencias en la jerarquía racial y en la desigualdad inherente de los seres humanos, van incubándose en el sentido común, y estallan de vez en cuando, de modo catártico e irracional. No se habla de racismo, y sin embargo en tiempos muy recientes hemos atestiguado estallidos racistas colectivos… Ahí se desnudan las formas escondidas, soterradas, de los conflictos culturales que acarreamos, y que no podemos racionalizar. Incluso, no podemos conversar sobre ellos. Nos cuesta hablar, conectar nuestro lenguaje público con el lenguaje privado. Nos cuesta decir lo que pensamos y hacernos conscientes de este trasfondo pulsional, de conflictos y vergüenzas inconscientes. Esto nos ha creado modos retóricos de comunicarnos, dobles sentidos, sentidos tácitos, convenciones del habla que esconden una serie de sobreentendidos y que orientan las prácticas, pero que a la vez divorcian a la acción de la palabra pública.” (Silvia Rivera Cusicanqui,Sociología de la imagen)

“La clase y las bases de la acción política no se forman principalmente mediante la circulación de información o incluso de las ideas, sino más bien mediante la construcción de afectos políticos, lo que exige una proximidad física. Las acampadas y ocupaciones... han redescubierto esta verdad de la comunicación. Facebook, Twitter, Internet y otros tipos de mecanismos de comunicación son útiles, pero nada puede reemplazar al estar juntos de los cuerpos y la comunicación corpórea que es la base de la inteligencia y la acción política colectivas. En todas las ocupaciones que atravesaron Estados Unidos y el mundo, de Río de Janeiro a Liubliana, de Oakland a Ámsterdam, incluso en los casos en los que solo se mantuvieron durante poco tiempo, los participantes experimentaron la potencia de crear nuevos afectos políticos mediante el estar juntos… Una ocupación es una especie de happening, una performance que genera afectos políticos.” (Michael Hardt y Antonio Negri,Declaración)



“La música dice ‘nosotros’[:] un ‘nosotros’ minoritario que demanda reconocimiento en la protesta”

Al mismo tiempo, numerosos grupos hacían sonar guitarras, instrumentos de aliento y de percusión para acompañar las voces de los participantes. Cuando llegamos al Instituto de Ingeniería, ahí donde Lesvy fue hallada, mantuvimos un minuto de silencio, con el puño alzado en señal de protesta. Acto seguido, escuchamos los testimonios de otras mujeres que habían perdido a sus hijas e hijos, víctimas de la violencia. Después de escuchar cada testimonio, gritábamos “No estás sola” y al final hicimos un minuto de ruido, repleto de tamborazos, gritos, aplausos. Durante un momento, todos los ruidos que emitíamos se unieron bajo un mismo objetivo: la protesta, el reconocimiento. “Hay que aprender a juzgar una sociedad por sus ruidos, por su arte y por sus fiestas más que por sus estadísticas… Los sonidos y su disposición conforman las sociedades. Con el ruido nació el desorden y su contrario: el mundo. Con la música nació el poder y su contrario: la subversión. En el ruido se leen los códigos de la vida, las relaciones entre los hombres… Toda música, toda organización de sonidos es pues un instrumento para crear o consolidar una comunidad, una totalidad.” (Jacques Attali ,Ruidos. Ensayo sobre la economía política de la música)

“La música dice ‘nosotros’, en ella se expresa una colectividad real o imaginaria… Lo subversivo de este ‘nosotros’ ha estado siempre unido a contextos locales, a experiencias específicas y a constelaciones sociales cuya significación tendencialmente tiene que perderse en el proceso de la difusión global en la medida en que la significatividad de los contenidos no sea ‘transportable’ o ‘universalizable’ y en la medida en que por la vía de una reapropiación y recodificación local se haga otra vez algo nuevo de la música globalmente difundida. El lugar de un ‘nosotros’ ideal que según Adorno se expresa en todo arte auténtico lo ocupan entonces muchos ‘nosotros’, envueltos en las luchas, las derrotas, las experiencias y las revueltas de su tiempo y su lugar; no hay un ‘nosotros’ universal preconfigurado en ellas, sino que se expresa un ‘nosotros’ minoritario que demanda reconocimiento en la protesta contra un ‘nosotros’ social dominante y represivo.” (Albrecht Wellmer ,“Sobre negatividad y autonomía del arte. La actualidad de la estética de Adorno y las lagunas de su filosofía de la música”)




“Nadie es más libre, más poderoso y más peligroso que alguien que ya no teme a la muerte”

Después, nos enfilamos hacia Rectoría, pasando por las Facultades de Medicina, Derecho, Economía y Filosofía y Letras. A lo largo del camino, partes de las instalaciones de Ciudad Universitaria fueron tachonadas de otras formas de protesta: grafitis con frases como “Vivas nos queremos”, “UNAM feminicida”; como otra forma de señalar la necesidad de visibilizar y aceptar un problema que exige de nosotros una solución en conjunto. Incluso el hasghtag #HechoEnCU, el marco perfecto para una "puma-selfie", perdió su blancura para ilustrar la indignación con frases como: “Que el miedo se vuelva rabia”, “#MuertaEnCU”, “Aquí violan”, “UNAM asesina”, “¡No más muertas!”, “UNAM, cuna de violadores. Alumnos y profesores”, “Feminicidio”. Pigmentos artificiales para decir lo que la sangre de tantas no ha podido expresar. “[Una mujer, un hombre] libres en nada piensan menos que en la muerte, y su sabiduría no es una meditación de la muerte, sino de la vida.” (Baruj Spinoza, Ética demostrada según el orden geométrico)

“La creatividad -de hecho, la productividad- que deriva de haber superado ese límite es la creatividad de la libertad absoluta en el sentido spinozista. De hecho, ésta es una manera de entender lo que Spinoza quiere decir cuando afirma que uno tiene que liberarse del miedo a la muerte y que nadie es más libre, más poderoso y más peligroso que alguien que ya no teme a la muerte. En Spinoza, la ausencia de miedo a la muerte es, a la vez, una libertad absoluta y una productividad ilimitada, a saber, la expresión de los potenciales más creativos, el cenit de la creatividad; dicho de una manera más precisa, en Spinoza ese momento de libertad absoluta que es la ausencia de miedo a la muerte constituye la condición indispensable de posibilidad para ese salto exponencial en la expresión, la producción y la creación.” (Cesare Casarino, Elogio del común. Conversaciones sobre filosofía y política )

“Los manifestantes acampados -estando juntos, discutiendo, disintiendo, luchando- parecen haber redescubierto una verdad que Spinoza previó: la verdadera seguridad y la destrucción del miedo solo pueden ser el fruto de la construcción colectiva de la libertad.” (Michael Hardt y Antonio Negri, Declaración




“Para seguir entrelazando nuestras esperanzas”

Finalmente, nos sentamos frente a Rectoría. casi a las 5 de la tarde, y escuchamos a la madre de Karen y Erik, dos jóvenes que murieron víctimas de un delito cometido por alguien cercano a la familia. A pesar de que el agresor ya fue detenido, este testimonio sirvió para subrayar otra falla del sistema judicial mexicano, pues, a pesar de estar encarcelado, sólo recibirá cinco años de prisión por un acto que cambió la vida entera, no sólo de los jóvenes, sino de su madre, que amputada de sus hijos ha logrado mantener la fuerza, a pesar del dolor, para seguir denunciando lo acontecido.
Así, llegó el turno de la madre de Lesvy, Araceli Orozco, quien, seguida por la prensa, habló de su hija como la persona que era y que ella conocía tan bien desde su nacimiento. Una muchacha independiente, trabajadora, a la que le gustaba estudiar idiomas, como a tantas de las compañeras que conozco. Lesvy ha sido retratada injustamente por algunos medios como alcohólica, drogadicta, mala estudiante, irresponsable. Recordemos, además, que la protesta también se llevó a cabo en redes sociales con el hashtag “#SiMeMatan” para repudiar una idea que parece ser compartida por muchos: que las mujeres asesinadas o violentadas tienen la culpa de lo que les pasa. Lesvy es más que un cuerpo vulnerado, violentado, asesinado, encontrado durante una fría madrugada. Es una joven que trató de vivir su vida libremente. Ella será recordada y defendida aún después de su muerte. Este caso es una razón más para que nos unamos y cuidemos entre nosotros, para que no tengamos miedo de luchar por el respeto y el reconocimiento hacia todo ser humano, por seguir alzando la voz. “¡No estás sola!” fue la respuesta de la voz de la marcha. Quizás, una de las enseñanzas más importantes que nos deja esta manifestación, es precisamente lo que gritamos a lo largo del camino. Porque es cierto que, a pesar de tanta violencia, no estamos solas.
“En aquellos que no encuentran salida a la decadencia, se manifiesta entonces el miedo a la esperanza y contra la esperanza. Es el momento en que el miedo se da como una máscara subjetivista y el nihilismo como la máscara objetivista del fenómeno de la crisis: del fenómeno soportado, pero no entendido; del fenómeno lamentado, pero no transformado. En el suelo burgués… el cambio es de todo punto imposible, aun en el caso de que efectivamente se deseara… Se trata de aprender la esperanza. Su labor no ceja, está enamorada en el triunfo, no en el fracaso. La esperanza, situada sobre el miedo, no es pasiva como este, ni, menos aún, está encerrada en un anonadamiento. El efecto de la esperanza sale de sí, da amplitud a los hombres en lugar de angostarlos, nunca puede saber bastante de lo que les da intención hacia el interior y de lo que puede aliarse con ellos hacia el exterior. El trabajo de este afecto exige hombres que se entreguen activamente al proceso del devenir al que ellos mismos pertenecen. No soporta una vida … que solo se siente pasivamente arrojada en el ente, en un ente incomprendido, o incluso lastimosamente reconocido. El trabajo contra la angustia vital y los manejos del miedo es un trabajo contra sus autores, en su mayoría muy identificables, y busca en el mundo mismo lo que sirve de ayuda al mundo: algo que es susceptible de ser encontrado.” (Ernst Bloch, El principio esperanza)

“La burguesía… se ha vuelto incrédula, escéptica, nihilista. El mito liberal renacentista, ha envejecido demasiado. El proletariado tiene un mito: la revolución social. Hacia ese mito se mueve con una fe vehemente y activa. La burguesía niega; el proletariado afirma. La inteligencia burguesa se entretiene en una crítica racionalista del método, de la teoría, de la técnica de los revolucionarios… La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia; está en su fe, en su pasión, en su voluntad… Renán, como el mismo [Georges] Sorel lo recuerda, advertía de la fe religiosa de los socialistas, constatando su inexpugnabilidad a todo desaliento. ‘A cada experiencia frustrada, recomienzan. No han encontrado la solución: la encontrarán. Jamás los asalta la idea de que la solución no exista. He ahí su fuerza.’” (José Carlos Mariátegui, “El hombre y el mito”)



“Vean la magnitud. Cuando nosotros queremos hacer algo, lo podemos hacer. Cuando nosotros queremos que se escuche nuestra palabra, lo podemos hacer… Considero que no debe ser la única vez. Creo que es momento para que nos podamos conocer y seguirnos manifestando, seguir entrelazando nuestros dolores, sí, pero también nuestras esperanzas. Porque nosotros no podemos ser un pueblo que viva del miedo, sino que tenemos que ser un pueblo con esperanza, pero con una esperanza real, una esperanza bien entendida, no un eslógan... Yo les pido, por favor, que no cesen en las formas en que puedan manifestarse, no sólo con la cuestión de nuestra hija, sino con todas las personas que ahorita no tienen voz... Van pasando movimientos y parece que el Estado piensa que son como momentos: #YoSoy132, el caso de los compañeros de Ayotzinapa… Y resulta que no. Resulta que ahí estamos, que está Atenco, que están todas las autoridades independientes indígenas que están brotando por todos lados, los gobiernos autónomos… Yo creo que ese es un ejemplo, y ustedes, cada uno de ustedes, son un ejemplo, un ejemplo vivo, de lo que era mi hija también… Espero que haya oídos atentos y que haya también voces convencidas que estén dispuestas a compartir estas experiencias, no para que lloremos, no para que nos lamentemos, sino para que sigamos adelante, para que veamos que no estamos solos, que no estamos solas. ¡Ni una muerta más! ¡Ni un feminicidio más! ¡Ni en la UNAM, ni en México, ni en ningún país ni rincón del mundo!” (Araceli Orozco, madre de Lesvy Berlín Orozco Martínez)