Pues no cabal está la cuenta. La vida de cualquier zapatista vale más que la casa blanca del Peña Nieto y que todas las casas de los ricos del mundo juntas. Ni toda la paga que cuesta hacer los grandes edificios donde los poderosos se esconden para hacer sus robos y crímenes, alcanza para pagar una sola gota de sangre indígena zapatista. Por eso sentimos que esta construcción es la más cara que hay en el mundo.