Campaña contra la Represión Política y la Tortura Sexual
La represión el 3 y 4 de mayo de 2006, en Texcoco y San Salvador Atenco no la olvidamos. Supuso un castigo ejemplar, toda su brutalidad vertida sobre nuestros cuerpos, las fibras más sensibles de nuestro ser fueron trastocadas y luego, exhibidas.
La solidaridad fue el pretexto que uso el Estado para sitiar, golpear, allanar domicilios, asesinar y torturar. Fue un acto de guerra contra La Otra Campaña, intentaron a través del terror anularnos, reducirnos, desmovilizarnos.
La respuesta fue maravillosa, una olea de solidaridad que logro romper el cerco policíaco en San Salvador Atenco, comenzó una campaña nacional e internacional, donde miles y miles de adherentes a la Sexta y la Zezta Internacional lograron la liberación de los y las que fuimos encarceladas: La alerta roja declarada por el EZLN y su llamado a movilizaciones, cierres carreteros y acciones dislocadas que se llevaron a cabo a lo largo y ancho del país y del mundo, el plantón, las guardias, el barco, los toquines solidarios, los gritos desde el otro lado del muro de la cárcel. Todo ello, esfuerzo y fruto de las solidaridad y la organización de los y las que somos la Sexta y la gente solidaria de abajo.
La violencia es inherente al capitalismo y al Estado como binomio del sistema de explotación y dominación, la cual por supuesto no es nueva, sin embargo ahora podemos ver cómo se agudiza, se profundiza y se socializa, esta coloca a la sociedad en la incertidumbre, el miedo y la parálisis.
Es cada vez más evidente que la represión es una práctica generalizada en el país, vimos con horror cómo la política de arriba enunció una guerra contra el narcotráfico, que en los hechos, la detento contra la sociedad, contra la gente de abajo: asesinó a miles; también se desplegó el crimen feminicida; otros y otras también por millares, fueron desaparecidos; muchas personas más han sido el chivo expiatorio que llenan las cárceles, gracias a declaraciones auto inculpatorias arrancadas por los cuerpos policíacos y militares tras tremendas sesiones de tortura en las que la tortura sexual se evidencia cada vez más como una práctica generalizada contra las mujeres.
Existe también, la represión selectiva contra las resistencias que luchan contra este sistema asfixiante, depredador de la vida. Nuestros hermanos y hermanas bases de apoyo Zapatista han sido blanco de una guerra abierta y cada vez más hostil y violenta en manos de grupos paramilitares, son ataques sistemáticos contra la construcción de la autonomía de los pueblos Zapatistas. Es el sistema de dominación que, a través de la CIOAC Histórica perpetro el terrible crimen; golpear, machetear, torturar y asesinar al maestro zapatista Galeano.
Terrible fue la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre para los normalistas de Ayotzinapa, el asesinato de 6 personas, tres de ellos normalistas, los 43 estudiantes desaparecidos, además de otro estudiante en estado de coma. En la misma lógica de generar terror se entiende la brutalidad ejercida contra Julio César Mondragón.
Las estrategias de control social, son diseñadas con precisión: Según el blanco, según el daño que pretenden generar, según la reacción que esperan. El Estado se prepara y atesta su golpe. A veces es a través de las fuerzas policíacas y militares que se ejerce la violencia, otras veces a través de grupos paramilitares o el narcotráfico.
Nosotras en 2008, cuando iniciamos este caminar colectivo, pensamos que era y sigue siendo vital, caracterizar la represión, desmenuzar sus finalidades, indagar sobre las estrategias y métodos para romper a las personas y colectividades; ¿cómo hacemos comunidad? ¿cómo fortalecemos la organización? Hacer estrategias de afrontamiento todos y todas, juntos. Nuestra apuesta, el por qué de nuestro trabajo, es organizarnos contra esta rueda del Capitalismo, la represión.
Nos reprimen para rompernos, pues juntos y juntas nos reconstruimos.
Acudir a la memoria, este propósito no es menor, es reconstruir nuestra historia contada por nosotras y nosotros, recurrir a la verdad, de cómo ocurrieron los acontecimientos, cómo fue que vivimos, que sobrevivimos, cómo hicimos frente al poderoso. Son experiencias colectivas que nos fortalecen y nos recuerdan que miramos de frente al poder y aún con miedo, y aún siendo pequeñas, le hacemos frente.
Nueve años y no olvidamos, porque hoy más que nunca es vigente la represión. No perdonamos porque el asesinato, la cárcel, la tortura y la desaparición sigue siendo el lenguaje de arriba. El Estado afina su estrategia: desmovilizarnos con la violencia no funciono. Ahora recurre a la presión y a las amenazas, ya no son las bestias uniformadas a las que envían, ahora son hombres y mujeres vestidas con trajes costosos, con portafolios llenos de prebendas y sobornos, nos intentan romper a través de la creación de fondos e indemnizaciones. Insistimos: no cedemos ante las estrategias del Estado, seguimos en lucha, seguimos en la apuesta de “otra reparación” la que reconstruye el tejido social, la confianza, la solidaridad, la que evoca a la memoria y construye verdad para las y los que somos abajo.
Solidaridad y apoyo mutuo.
Mayo, 2015