Comunicado del FPDT 14 de julio de 2015

Al pueblo de México

A las organizaciones sociales

A todos los medios de comunicación:

La semana pasada, el 8 de julio, la comitiva del gobierno federal, encargada de organizar e impulsar el megaproyecto aeroportuario de la «Ciudad de México» anunció la licitación de «21 paquetes de obras» para dar inicio a la construcción del aeropuerto.

Los animadores del proyecto millonario, mencionan que su plan de destrucción tiene distintas etapas y que empezarán entre otras cuestiones técnicas por «la nivelación del terreno, drenajes pluviales y sanitarios, cimentación de terminal, sistema eléctrico y subestación eléctrica, las pistas 2, 3 y 6; la torre de control y centro de control».

Citando las notas periodísticas anunciaron también que "para financiar el proyecto el grupo solicitará en septiembre una línea de crédito revolvente por 2 mil millones dólares que gestionarán en principio HSBC, JP Morgan y CityBank.

Así, sin más, el gobierno federal y los empresarios nacionales y extranjeros siguen frotándose las manos por un meganegocio que va quedando más claro:

 Hacer negocios con empresas de la construcción como Grupo Carso, ICA, Grupo Tradeco, Constructora Teya, Grupo Gia, Prodemex y sus filiales, sin ahondar que muchas de éstas son negocios particulares de funcionarios, y son las mismas empresas que están a la cabeza de otros megaproyectos despojadores e invasores en nuestro México.

 Pedir prestamos de miles y miles de millones de DOLARES a nombre de la utilidad pública, a nombre del desarrollo de los mexicanos, sabiendo de antemano que el aeropuerto «más espectacular en toda América Latina» está condenado al fracaso ¡no es real! pues el territorio que pretenden estrangular con una plancha de asfalto, tiene por vocación ser el punto más profundo de una cuenca y por ello naturalmente un espacio inundable. Más temprano que tarde el agua reclamará su lugar haciendo evidente la naturaleza de este territorio, pero antes que eso ocurra, los señores del dinero habrán multiplicado sus arcas y los tres niveles de gobierno (el federal, estatal y municipal) también se llevarían su tajada.

En ese sentido, la obra sexenal que proyectan como la más imponente, es en realidad un «elefante blanco» no sólo por su inviabilidad, técnicamente hablando, sino porque en el contexto de crisis económica al que han arrastrado a nuestro país los distintos gobiernos, y donde cada día nos anuncian recortes al presupuesto social -como la salud, la educación, la canasta básica, etc.- los señores operantes del meganegocio entre muchas otras opacidades no terminan por aclarar ¿Cómo se costeará el pretendido aeropuerto? ¿A quién le pedirán prestados los miles de millones de dolares y cuáles serían las condiciones, qué dejarán empeñado? En caso de que no resulte su negocio ¿Quién pagará ese dinero?

Todos estos últimos años los pueblos de la Orilla del agua hemos vivido en vilo por este aeropuerto de muerte. Hemos denunciado con bases científicas su inviabilidad; estamos agotando la vía legal para defender nuestro territorio y evidenciar la ilegalidad con la que están actuando las autoridades locales de nuestros pueblos; hemos hecho llamados al gobierno para que nos escuchen; hemos luchado y resistido porque tenemos la convicción de que el futuro está en la vida y no en las grandes edificaciones que de un día a otro desplazan a los pueblos y los enferman, los descomponen.

No es sino hasta ahora que el gobierno federal, a través del señor Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, reconoce que sí «puede haber conflictos con los habitantes de San Salvador Atenco» y saben perfectamente que no somos el único pueblo que estamos en resistencia, saben y todo mundo debe saberlo que, las comunidades vecinas estamos constantemente discutiendo y analizando las graves consecuencias del megaproyecto y saben también, que nuestra demanda no es ni será el aumento del precio de nuestra tierra, como es el caso de algunos vecinos deslumbrados y sumisos, y justo en esto radica nuestra fuerza, nuestra moral.

En la batalla legal, el pasado 8 de enero de 2015, habitantes de distintos pueblos del oriente del Estado de México, entre ellos, San Salvador Atenco, Nexquipayac, La Magdalena Panoaya, Tocuila, interpusimos una demanda de amparo en contra del mega proyecto denominado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por tratarse de un proyecto inconstitucional y violatorio a los derechos humanos como al medio ambiente, a la salud, acceso al agua y a la consulta libre, previa e informada de las comunidades.

La demanda de amparo fue turnada al Juez Noveno de Distrito en el Estado de México con residencia en Ciudad Nezahualcoyotl, bajo el número de juicio 14/2015. Sin embargo, la actitud de quienes administran la justicia ha sido continuamente la de obstaculizar la aplicación de la ley en el debido proceso, a favor de nuestros pueblos. Es así que, en principio, de manera arbitraria el Juez Noveno de Distrito desechó la demanda de amparo al calificarla de extemporánea; pero no nos dejamos avasallar y como resultado de un recurso de queja resuelto por el Segundo Tribunal Colegiado en Ciudad Nezahualcoyotl el 12 de marzo de 2015 se admitió la demanda de amparo por el Juez Noveno de Distrito.

No obstante que se ha manifestado al Juez Noveno de Distrito que el mega proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México violenta derechos reconocidos en la Constitución Federal y Tratados internacionales en materia de derechos humanos, el juez federal ha negado arbitrariamente la suspensión de los actos, señalando que la realización de una obra pública como la del megaproyecto aeroportuario es de orden público e interés social, por lo que no se puede suspender. Así, de manera déspota y sin profundizar sus argumentos ni razonamientos, deniega el acceso a la justicia y pretende allanar el camino al gobierno federal para la devastación del medio ambiente y concretar el gran negocio que se pretende realizar en completo perjuicio de la sociedad y en beneficio solamente de quienes participarán en las licitaciones y de las ganancias de dicho proyecto, ajeno completamente a la realidad y necesidades de la región.

Ante la negativa de la suspensión, se interpuso un recurso de revisión que fue turnado al Segundo Tribunal Colegiado en Nezahualcoyotl bajo el número 177/2015 y respecto del cual, a partir del pasado 10 de junio la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación realizará un análisis sobre su posible atracción dentro del expediente de Facultad de Atracción 227/2015. Mientras tanto, el Segundo Tribunal Colegiado no puede resolver el recurso de revisión hasta que se pronuncie al respecto la Sala de la Corte.

A pesar de los argumentos presentados por peritos calificados de diferentes especialidades sobre la inviabilidad de este proyecto de muerte, a pesar de encontrarse un proceso de impungación abierto, los operadores del desojo insisten en avanzar y se reparten el pastel en franco agravio a nuestros derechos.

Pero, para los pueblos que tienen dignidad, NO está a discusión el precio monetario de la tierra porque ésta no es una mercancía y por tanto, no está a la venta. Decir que nuestros territorios no serán afectados con una obra que está invadiendo lo que fuera el Lago de Texcoco, es una patraña hasta ilógica, cuando somos testigos de cómo se levantan obras para las vías de comunicación, cuando en nuestros pueblos se están derrochando los recursos en obras y edificios de estilo gótico, como una forma de maquillar la pobreza que impera, el abandono a las necesidades verdaderamente urgentes e importantes para los que menos tienen, y algo más evidente e innegable como el que los comisariados ejidales y los representantes municipales le pongan precio a sus pueblos, a la tierra y estén actuando de la manera más vil y sumisa con tal de llevarse las limosnas de algunos miles de pesos que los harán «ricos» una temporada porque luego volverán a la miseria económica y sobre todo de dignidad.

Nos duele ver el daño que le han cometido a nuestro tejido social durante estos casi 14 años de amenaza por la desaparición de nuestro territorio. Nos da pena cómo algunos vecinos se han envenenado de mezquindad y avaricia. Nos entristece e indigna toda la mentira que ofrece el gobierno a cambio de un momento de ilusión.

Pero no tenemos otra alternativa, no podemos renunciar a nuestra dignidad y traicionar a nuestros abuelos, nuestros hijos y nietos. Hemos aprendido que una lucha justa, es una lucha de todos y que hay que darla para hacer posible lo impensable, para no perder la esperanza, para no abandonar lo humano, para no convertirnos en una mercancía y en esclavos.

14 años no son nada con toda la historia de sangre e infortunios de nuestra era. Pero a le vez, lo son todo, porque lo que hoy hagamos o dejemos de hacer será la gran diferencia en un futuro. Y hoy, como si fuera ese 22 de octubre de 2001, como si fuera ese amanecer agraviado, reiteramos a todos nuestros hermanos mexicanos, a todos los pueblos hermanos del mundo: ¡NO NOS VENDEMOS, NO ENTREGAREMOS LA TIERRA A LOS DUEÑOS DEL DINERO!

Y aunque definitivamente no son las mismas condiciones de hace 14 años, cuando el pueblo se volcó a echar abajo el aeropuerto y el destierro, las lecciones también se han multiplicado y la historia nos dice que hay que seguir luchando porque no es sólo por nuestro terruño Atenco, no es sólo por la tierra, lo que defendemos tiene que ver con lo que defienden los obreros, los maestros, los estudiantes, los indígenas, las madres de los desaparecidos y todos los pueblos hermanos como San Francisco Xochicuautla que aman y respetan la tierra.

Somos los primeros en ser conscientes de que la batalla es adversa, que el Estado ha perdido su razón de ser y que lo usurpa una mafia enferma de poder, pero por favor, no nos traten de convencer de que es imposible vencerlos, no nos conviden de la sumisión y la resignación. En todo caso, hacemos un llamado a levantarnos día a día de manera organizada, levantar todas las trincheras y elevar las banderas como una sola dignidad de los de abajo.

Luchar de manera aislada, cada quien por sus demandas, no nos ha dejado más que derrotas y heridas. Si levantáramos una trinchera, una sola trinchera contra la misma bestia, otro amanecer nos cantaría. Si todos fuéramos un eco de cada dolor y esperanza...

Los tiempos difíciles no se han ido, por el contrario, se arrecian y hay que dar la cara, hay que organizarnos antes de correr la vergüenza de traicionar a la historia y a nuestros hijos.

Por esto convocamos a todos los ciudadanos conscientes, a las organizaciones sociales y a los pueblos que defienden el derecho a la libertad, la justicia y la vida a hacer un frente conjunto en contra de estos proyectos de despojo y muerte.

Desde 2001, nuestra decisión está tomada.

Exigimos la cancelación inmediata del Proyecto denominado Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.

¡La Tierra No se vende, se ama y se defiende!

Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra

¡Zapata vive la lucha sigue!