Ciudad Monstruo: Octubre 02, de vuelta en las calles (crónica).

Octubre 2, de vuelta en las calles.

La cita fue a las 3:30 de la tarde, a la salida del metro Tlatelolco y de ahí atravesar el jardín La Pera hasta la esquina de Flores Magón y Lázaro Cárdenas. Justo frente al Centro Cultural Universitario Tlatelolco, antes Secretaría de Relaciones Exteriores.
A nuestra llegada el Comité 68 caminaba con dirección a nosotros, de la plaza de la Tres Culturas. Mirtocleya González era la abanderada, como lo fue desde 1968. Eran las 4:20 de la tarde y detrás de un micrófono, una voz, comenzó a dar el orden de los contingentes. Detrás del Comité estuvieron las Escuelas Normales Rurales, así como los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, después estudiantes de diversos planteles educativos, luego organizaciones sociales, anarquistas y artistas.
Media hora después la marcha comenzó con dirección al Zócalo por el Eje Central. Las consignas, las pancartas, la música y el baile fueron el tono de ese camino. Sí, se conmemoraron 49 años de la masacre estudiantil y es algo que no se olvida, pero hoy, la música y el baile también son protesta y resistencia. Prueba de ello fue que muchas personas, que se encontraban observando, se incorporaron al contingente. Poco a poco la columna de personas se fue nutriendo.
La llegada al paso a desnivel del Eje 1 fue estruendosa, el eco de las consignas retumbaba con energía, las porras de las escuelas impresionaban con su fuerza. Se descubrieron algunas latas de aerosol que escupían, además de pintura, el enojo de un pueblo harto de impunidad, de corrupción, de desigualdad, de imposición, de un Estado inútil. Al fondo, la detonación de dos palomas. Después humo.
Luego de la plaza Garibaldi grupos de granaderos, recargados sobre las paredes de los edificios, estaban al acecho. Este panorama desde República de Perú y hasta Tacuba. La marcha continuó sin sobresaltos. Al llegar a 5 de mayo, el contingente camino a la izquierda con dirección al Zócalo. El panorama cambio, algunos edificios se encontraban resguardados por vallas metálicas, antimotines, otros, la mayoría, expectantes y con la cortina arriba observando el paso de los grupos de manifestantes.
Otra paloma dejo escapar su escala sonora. Nadie se inmutó, todo seguía sin demora ni contratiempo. Algunas pintas más, fotografías y a unos metros la calle Monte de Piedad, en el umbral de la Plaza de la Constitución.
El clima fue benévolo y el contingente llegó a la plancha del Zócalo, remodelada recientemente, lista para el pan y circo del próximo diciembre. Frente a la entrada del Palacio Nacional se montó un templete donde el Comité 68, Araceli Osorio Martínez, madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio; los padres de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa, tomaron la palabra. En ella, cada quien, desde el vidrio con el que les tocó mirar el país, invitaron a la organización, a la lucha, además de reconocer el compromiso y trabajo de esta nueva generación de jóvenes, voluntarias y voluntarios; que igual a las anteriores salen a dar la cara. Lamentaron que a partir de hechos provocados por el Estado y por causas naturales, como los sismos del 85 y el del pasado 19 de septiembre, sean los detonantes para arengar a un pueblo que busca cambiar su realidad.
Félix Hernández Gamundi, recordó que aún hay tareas por hacer, puntos por cumplir y que por ello no hay que bajar los brazos y con ello, los asistentes, los levantaron formando la “V” de la victoria para asentir y seguir alzando la voz desde cada trinchera.

Al finalizar el mitin y con 49 años a cuestas el “2 de octubre, no se olvida”.

Araceli Osorio Martínez, madre de Lesvy Berlín Rivera Osorio

Alejandro Vera, rector de la Universidad Autónoma de Morelos

Comité 68

Felix Hernández Gamundi