Otros espacios para la escritura: la biteratura, #100ciaPoética

, por voz_comun

Agregamos la participación de nuestro querido amigo Alejo (Morbo intelectual) y la liga sobre la nota del Xenotext de Christian Bök.

🎙️ EL TESTIGO:
Otros espacios para la escritura:
la biteratura, #100ciaPoética

📻 INTERMEDIO SONORO:
“Autorretrato a los 27” / Julián Herbert

🎵 MÚSICA:

📆 AGENDA:
Feria Científica Anarquista Infantil

Xenotext : https://www.elconfidencial.com/alma...

Morbo intelectual por Alejo:
La creación de una entidad artificial inteligente nos acerca cada día más a aquel ambicioso deseo que llevó al Ícaro a su triste final, la famosa hibris de los griegos, la desmesura del orgullo y la arrogancia del hombre unidos a su ambición nos aseguran muy probablemente la extinción.

El dilema del destino escrito que no puede ser sobre escrito… o tal vez sí lo fue… y ahora nuestra diegesis transcurre sobre un palimpsesto, amalgama de todos los temores, pronósticos o profecías, descritas por cientos de manuscritos…

Retroalimentación que nos ha hecho construir mentalmente un futuro siniestro que pensábamos muy distante… Pero hoy (dejando de lado todos los clichés sobre el futuro, como el tema del Zoilem Green, o el skynet) la mayoría podemos darnos cuenta que ya estamos ahí, en aquel futuro distópico que tanto temíamos alcanzar… A ciencia cierta nunca supimos cuál era la linde o "el punto de no regreso" que nunca debimos cruzar (otro gran tema para divagar) ¿Realmente pudimos hacer algo para cambiarlo o nunca estuvo en nuestras manos? El desarrollo o restricciones de la inteligencia artificial como el de las armas atómicas nunca estuvo en manos de la población mundial, así que nuestro destino, como humanidad, en realidad tampoco está precisamente en nuestras manos, por mucho que cierto sector optimista sugiera lo contrario.

Tal vez no podamos cambiar el destino de la humanidad pero ¿qué hay del nuestro?

El morbo intelectual siempre nos ha llevado a la ensoñación, a la divagación sobre el destino de la especie, curiosa e insana ansia por el desenlace de nuestra historia que ha sido alimentada por la literatura y la ficción, nos han hecho pensar en diferentes escenarios apocalípticos, futurísticos distópicos, clichés, algunas veces romantizados al extremo y para los que incluso curiosamente la gente (o un tipo de gente) se ha "preparado"!

Desde los millonarios que han invertido fortunas en búnkers bajo sus casas en el desierto por el temor a un final atómico, hasta aquellos que entrenan diariamente en triatlones y artes marciales para combatir contra zombies. Están también los tecnofóbicos, que se resisten a aceptar que el futuro nos a alcanzado y como si luchar contra la corriente ignorando intencionalmente la dirección del flujo pudiese detener lo inevitable, se aferran al pasado, renuentes al cambio, disidentes del avance tecnológico desconfían del celular, o del Google, incluso hay quienes prefieren escribir en una máquina antigua, al teclado de una computadora, no utilizan redes sociales… en una especie de figura al estilo de los amish o de los mormones quienes pretenden detener la evolución o el desarrollo de la civilización ocultándose en una burbuja al margen de la realidad.

Sea cual sea la derivación o el multiverso al que hemos sido empujados, estamos aquí... Aquel futuro de nuestro pasado hoy es nuestro presente y lo único que a mi parecer podríamos hacer, es subirnos al armatoste tecnológico y cabalgarlo, mientras agitamos nuestro sombrero evocando la icónica escena de la película de Stanley Kubrick “Dr. Strangelove o: cómo aprendí a dejar de preocuparme y amar la bomba.”