No crean en quienes les dicen que la sensibilidad y la simpatía, el apoyo, se mide en calles abarrotadas, en plazas colmadas, en grandes templetes, en el número de cámaras, micrófonos, encabezados periodísticos, tendencias en redes sociales. La inmensa mayoría en el mundo, no sólo en nuestro país, es como ustedes, hermanas y hermanos familiares de los ausentes de Ayozinapa. Personas que tienen que pelearle al día y a la noche un pedazo de vida. Gente que debe luchar para arrancarle a la realidad algo para sostenerse. Cualquiera de abajo, hombre, mujer, otroa, que conozca la historia que les duele, simpatiza con su lucha en demanda de verdad y justicia. La comparte porque en sus palabras ven la repetición de sus historias, porque se reconocen en su dolor, porque se identifican con su rabia