Las Guerras contra Assange
Por Mumia Abu-Jamal
El intrépido periodista y autor, Glenn Greenwald, en su obra de 2014, No Place to Hide (Sin un lugar de esconderse). Metropolitan Books: NY, ofrece un retrato condenatorio de los medios de comunicación en Estados Unidos, adiestrados durante mucho tiempo para rezar ante los altares de poder. Son agentes, dice, de primer ataque contra periodistas que se atrevan a cuestionar o destapar los decretos o aventuras imperiales.
De hecho, Greenwald detalla la manera en que los reporteros leales a la clase dirigente iniciaron sus ataques contra él mismo, al cuestionar su nivel como periodista y luego, su bienestar sicológico.
Hoy en día vemos estas mismas tácticas utilizadas en contra de Julian Assange, famoso por ser fundador y vocero de Wikileaks.
Assange y su colectivo, Wikileaks, han sido “whistleblowers” (informantes de crímenes y abusos de poder) y activistas por la transparencia, resueltos a revelar actividades gubernamentales por todas partes.
La decisión de Ecuador de retirar el asilo político a Assange, lo ha dejado vulnerable a la agresión venenosa del gobierno de Estados Unidos, en gran medida por haber mostrado sus atrocidades cometidas durante la Guerra contra Irak.
En 2008, Greenwald escribió: Los archivos secretos del Ejército de Estados Unidos se referían a Wikileaks como “un enemigo del Estado” y contenían planes para “destruir” el grupo [p.13].
Aunque Assange no trabajaba como reportero, él compiló cantidades enormes de datos y los compartió con importantes periódicos, los cuales publicaron su información aun cuando intentaban demonizarlo, denunciarlo, y cuestionar su cordura.
El trabajo de Assange nos enseña la manera en que los gobiernos, incluyendo el estadounidense, funcionan de verdad.
Por eso, es digno de grandes elogios.
Desde la nación encarcelada soy Mumia Abu-Jamal.
—(c)’19maj
16 de abril de 2019
Audio grabado por Noelle Hanrahan, http://www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México