Nodo Solidario-la organización desde abajo

Distintas geografías de México, 20 de Marzo de 2020

Compañeras y compañeros que luchan en México,

Amigas y amigos,

Les escribimos desde el Nodo Solidario, un colectivo de solidaridad internacional entre Italia y México y de acción en luchas territoriales por la defensa del territorio, la vida y la autonomía. Ya que estamos integrados en parte por italianxs que vivimos en México desde hace muchos años, sentimos la urgencia de pronunciarnos ante la pandemia del virus llamado COVID-19 (un tipo de corona virus) y compartirles nuestros sentires y fuertes preocupaciones, siendo Italia el país con más muertos por corona virus del mundo.

En primer lugar mandamos nuestro pensamiento y cariño a nuestras compañeras, compañeros, familiares y pueblo en general en Italia, que lleva un mes resistiendo esta dificil situación, y especial reconocimiento a todo el personal de la sanidad pública italiana que está poniendo el cuerpo bajo fuerte presión en pos de la vida de todos y todas.

No queremos sembrar el pánico, sino decirles que este virus existe y es una amenaza, sobretodo para los de abajo, no es el momento de ser escépticos o conspiracionistas porque eso puede costar muchas vidas. Queremos contarles la experiencia de nuestro país para que en México no repitamos los mismos errores, que han sido muchos, antes que todo el de no haber actuado a tiempo ante la propagación del virus.

Cuando se diagnosticaron los primeros casos de COVID-19 en Italia mucha gente decía que era una mentira, una invención más del mal gobierno para meternos miedo y militarizar el país. Este era entonces también nuestro pensamiento: nos burlábamos de las medidas de seguridad. Nos equivocamos. La expansión del virus ha sido sí tomada como pretexto para militarizar el país y criminalizar derechos fundamentales como la libertad de reunión, pero pronto tuvimos que reconocer que el COVID-19 es un peligro real.

En Italia durante las últimas cuatro semanas han muerto más de 4000 personas, de ayer para hoy 627, que ni siquiera han podido ser acompañadas en su deceso o se les han podido hacer funerales, porque las demás personas están en cuarantena. Hablan de 30,000 contagiados comprobados pero estiman que son alrededor de 100,000 y esta situación se desarrolló en muy pocas semanas. El COVID-19 causa, en muchos casos, una normal influenza y tiene un bajo índice de mortalidad. Su verdadero peligro reside en el hecho de que es altamente contagioso. El porcentaje de personas que tienen complicaciones y necesitan ser hospitalizadas es bajo (alrededor del 15%), pero siendo que los nuevos casos crecen de forma exponencial, los hospitales no tienen capacidad para curar a todos los enfermos al mismo tiempo, que en los casos más graves necesitan cuidados intensivos y reanimación.

En Italia tenemos uno de los mejores sistemas de salud del mundo (por una suma de eficiencia, experiencia y universalidad), a pesar de que haya sido dramáticamente golpeado, privatizado, subsidiarizado, afectado por recortes etc. en los últimos años y esto ha reducido enormemente su capacidad de resistencia en momentos de crisis, llevándolo a tener pocas camas de terapia intensiva (215 por cada 100.000 habitantes, en 1980 eran 530, y en Alemania hoy en día son más de 600). Esto significa, considerando los 60 millones de italianos, unos 12.900 camas de terapia intensiva en total. ¿Qué podría pasar al frágil sistema de salud mexicano, que además es muy clasista y racista, - que tiene sólo 3 mil camas en terapia intensiva - si no actuamos a tiempo para detener la propagación del virus?

El sistema de salud público de Italia hoy en día está totalmente saturado. Su colapso no es casual: en los últimos 10 años las políticas neoliberales recortaron 37 mil millones de euros al sector salud, se cerraron 359 áreas de cura y se perdieron 70 mil camas. La crisis viral no sería tal si el capitalismo no hubiera quitado a la sociedad la capacidad de enfrentarla. Y tampoco ocurrería si el capitalismo no hubiese depredado la naturaleza, hasta quebrar los equilibrios ecológicos-ambientales (y alimentares, graci as a la expansión del agro-negocio y el uso de agro-tóxicos), lo que ha hecho más frecuente la difusión, multiplicación y creación de nuevos virus. Esta es una crisis más propiciada por el neoliberalismo. Además del colapso del sistema de salud pública, también esta crisis ha provocado revueltas en las cárceles, abandonadas a sus condiciones precarias de siempre, y en las fábricas (algunas de las cuales aún no han cerrado) en donde claramente se ha mostrado como para el sistema las vidas de los obrer@s y pres@s son deshechables.

¿Por qué en un país como México, donde vivimos bajo la amenaza constante de ser asesinadxs o desaparecidxs, deberíamos de preocuparnos por un virus? Porque es una amenaza más a la vida de la que hay que defendernos y que requiere una actitud diferente, a la que no estamos acostumbradxs. Pero hay que hacerlo como siempre: juntxs y organizadxs, para que no se nos salga de las manos. Nuestra actitud debería ser la misma que en los casos de terremoto, donde sale la parte más solidaria y humana de la sociedad mexicana, pero comprendiendo que en este caso el terremoto lo tenemos que prevenir con las medidas que evitan el contagio.

Nos preocupan las medidas que están tomando los malos gobiernos de todo el mundo frente a la pandemia: toque de queda, estado de sitio y militarización. Sabemos que llevarán más sufrimiento, represión, despojo. Al mismo tiempo nos preocupa ver el mal gobernante mexicano viajando por el país, repartiendo besos a niñas y hablando de amuletos que lo protegerán del virus. Lo que nos está diciendo con eso es que no tiene ni la capacidad ni el interés de cuidar nuestras vidas. Además sabemos que no podemos confiar en los números de contagios y decesos que los medios están difundiendo: la verdad es que no sabemos como está la situación en México, y esta incertidumbre complica las cosas.

Frente, una vez más, a la inacción del gobierno, llamamos a la sociedad civil mexicana a tomar precauciones para protegerse del virus. Se trata de cuidarnos como individuos y como colectividad; se trata, como en todas las luchas, de pensar en el bienestar colectivo. Salir del escepticismo y de los fatalismos que nos hacen ignorar el problema, sin caer en el miedo que nos inmoviliza, sino asumir esta emergencia con responsabilidad social. Con mucha dificultad hemos asumido la necesidad de limitar temporalmente nuestras libertades, también políticas, en nombre de la salud pública. Así como nos lo enseñan los zapatistas que cerraron los caracoles y otros gobiernos autónomos en diferentes partes del mundo.

Les invitamos a seguir estrechando los lazos de apoyo y solidaridad en sus familias, colectivos, barrios y comunidades. Sabemos que con las crisis afloran las disparidades de clase y que le tocará más duro a quienes viven/vivimos al día. No será el Estado quien nos apoyará, sino la sociedad civil organizada. Podemos aprovechar de este momento para recuperar fuerzas y construir las estrategias que vienen.

Les invitamos también, además de activar el autocuidado colectivo, a seguir denunciando las ineptitudes del gobierno y las fallas estructurales del sistema que ahora se harán más evidentes que nunca. Por ejemplo, en Italia, a pesar del toque de queda total contra la población, las principales fábricas y centros logísticos y muchas oficinas privadas de sectores no necesarios (no ligados ni a la cadena alimentar ni a aquella de producción y de ofrecimiento de servicios sanitários) se han quedado abiertos, bajo presión de la clase patronal que no quiere perder ni un día de ganancia y de explotación de l@s trabajadores.

Denunciar estas prácticas cínicas de los empresarios es lo que muchos están haciendo. Igualmente, el mal gobierno en lugar de promover una amnistía hacia los presos por delitos poco graves, ha decidido llevar a cabo unas médidas restrictivas de las pocas libertades de los presos, lo que ha llevado estos últimos a levantarse, rebelarse y evadir en masa, siendo reprimidos y asesinados por el Estado. El apoyo a las y los detenidos ha sido otra práctica de solidaridad que se ha llevado a cabo desde abajo. En un tiempo en que es responsabilidad colectiva no juntarnos en grandes grupos, es necesario inventar y promover acciones creativas, físicas y virtuales, para garantizar la reproducción social, combinando, según los contextos, estrategias de autonomía en la subsistencia, exigencia de subsidios gubernamentales y expropios a las empresas, huelgas y abstensiones del trabajo y huelga de pagos de alquileres y servicios.

Sabemos que la situación está cambiando muy rápidamente y que no alcanzamos a ver todos sus aspectos. Con estas palabras que compartimos no pretendemos tener la verdad o la razón, sólo compartir nuestros sentires a partir de lo que hemos visto en estas últimas semanas. Adjuntamos un volante que nuestrxs compañerxs de la Casa de Salud Comunitaria Yi’bel ik’ - Raíz del Viento de San Cristóbal de las Casas realizaron para su barrio, para el cuidado colectivo, para que lo puedan repartir y analizar en sus comunidades y organizaciones.

Les abrazamos con el pensamiento y el corazón,

Nodo Solidario (México)

https://twitter.com/NSolidale

https://lamericalatina.net/2020/03/20/pronunciamiento-del-nodo-solidario-mexico-ante-la-situacion-de-alerta-frente-al-coronavirus/

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