Triunfo contundente en defensa del agua y contra los embalses en Francia

En convergencia con la histórica movilización social contra la reforma al sistema de pensiones, el 25 de marzo de 2023 tuvo lugar una gigantesca movilización para ocupar la cantera del embalse de Sainte-Soline, en el centro-occidente de Francia. Reproducimos las informaciones publicadas en el portal Reporterre sobre esta importante movilización.

25 mil personas convergen hacia la cantera del embalse de Sainte-Soline!

Repartida en tres cortejos, y fortalecida por la instalación de un campamento, la llegada de tractores y de caravanas provenientes de toda Francia e incluso de Europa, una inmensa e histórica multitud se prepara para detener los mega-embalses e invadir concretamente las obras emblemáticas de Sainte-Soline.

¿Quién llegará primero al mega-embalse?

El cortejo Avutarda rosada cuenta ya con más de 9 mil protectorxs que pasaron por el pueblo de Vanzay.

Poco después, en el cortejo Nutria amarilla, las consignas florecen desde los 7 400 manifestantes: "Nutrias amarillas, cuál es su trabajo? El lodo, el lodo, el lodo" (Loutres jaunes, quel est votre métier ? La boue ! La boue ! La boue !), y también "Las nutrias amarillaaaaas la la la" (Les loutres jauuuunes lalala).

La Anguila turquesa cuenta con 5 600 personas y también avanza determinada hacia su objetivo.

Con las caravanas que todavía deben llegar y los diferentes campos, más de 25 mil personas se juntaron contra los mega-embalses.

¡Gracias y bravo para todo el mundo!


Comunicado de fin de la jornada
¡30 mil personas manifestaron en Sainte-Soline!
¡A pesar de la brutalidad policiaca se dio un paso determinante hacia el fin de los mega-embalses!

Alrededor de totems de la fauna amenazada por los projectos de embalses, la avutarda, la nutria y la anguila, las y los manifestantes avanzaron en los campos en un ambiente de determinación, con mucha creatividad, audacia y unidad, lejos del lugar común vehiculado por Gerald Darmanin, ministro del interior, de 1 000 individuos aislados buscando violencia. La Confederación Campesina, por su parte, plantó 300 metros de arbustos, esenciales para un modelo agrícola sobrio en agua y respetuoso de la biodiversidad. Las 30 mil personas llegaron al límite de las obras de Saint-Soline para rodearlas, siendo encapsuladas por las fuerzas del orden. Miles de personas avanzaron tomadas de las manos, y otras se acercaron en grupos para arrancar las rejas de la construcción.

En el momento en que el cortejo amarillo logró ingresar brevemente en la construcción, las violencias policiacas fueron asombrosas por su brutalidad: no son menos de 200 heridos los que pudimos contar y otros siguen llegando. Entre ellos, 40 personas tienen heridas profundas y esquirlas, sobre todo en las piernas y el rostro, debido a las granadas de caucho y tiros de balas de defensa. Diez heridos graves fueron transferidos al CHU (Centro hospitalario regional). Un manifestante está en coma con un prónostico vital comprometido; otros dos tienen comprometidos sus pronósticos funcionales. Esta violencia fue totalmente criminal cuando sabemos que para la policía se trataba únicamente de proteger un cráter vacío y guardar las apariencias. La policía se hizo eco de la represión brutal sufrida por el movimiento social contra la reforma de las pensiones.

Aún peor, la policía retrasó la atención de los heridos, bloqueando el SAMU (Servicio de Atención Médica de Urgencia) en Sainte-Soline, aunque fue llamado por las y los manifestantes desde la una de la tarde. Una persona en estado de urgencia vital debió esperar más de una hora antes de que la prefectura autorizara el paso del SAMU, tras los llamados de la Confederación Campesina y de la consejera municipal Marine Tondelier. Este bloqueo fue confirmado por los observadores de la Liga de los Derechos del Hombre.

Los organizadores de la manifestación denunciaron las graves violencias contra las personas, llevadas a cabo una vez más por la policía, mismas que nos recuerdan el drama de Sivens, en el que fue asesinado Rémi Fraisse. Estamos alertas por esos heridos, la prioridad es lograr que se les atienda. También es preciso decir que antes de la movilización, la prefectura, el gobierno, e incluso el presidente Emmanuel Macron, multiplicaron las expresiones que buscaban criminalizar el movimiento anti-embalses y justificar así, las violencias de las que hoy son objeto las y los manifestantes.

Antes de abandonar el sitio de construcción, las y los manifestantes excavaron y desarmaron una bomba y una de las tuberías principales del embalse de Saint-Soline, dejándola sin capacidad de seguir provocando daños. Al mismo tiempo, la Confederación Campesina montó un invernadero de hortalizas para apoyar la instalación de un campesino en una parcela cercana al embalse. Esas acciones señalan que, más allá de la oposición a los mega-embalses, lo que se defiende es otro modelo agrícola más resiliente, que comparte los recursos hídricos y de escala humana.

La tarde del domingo, las y los manifestantes regresaron a Melle, comuna militante donde se tenían programadas festividades. La lucha por la compartición del agua continúa, con mesas redondas acerca de la devastación provocada por la agroindustria, las luchas en el plano internacional y la agricultura campesina, como también sobre la continuidad y las alianzas del vasto movimiento popular contra el acaparamiento del agua. Los espectáculos públicos y conciertos están previstos en los dos días siguientes (26 y 27 de marzo).

Seguiremos el combate, a pesar de las intimidaciones y de la brutalidad extrema a la que recurre el gobierno. Esta fecha marca un nuevo avance determinante que debe anunciar el fin de las obras y la apertura de un diálogo sobre la preservación y la compartición del agua, para lograr el fin de los mega-embalses.

Salimos reforzados de este apoyo masivo y cuatro veces más numeroso que la última movilización, que de por sí fue muy importante en Saint-Soline.

¡No bassaran!