Texto difundido durante la marcha en defensa del lago, 25 de octubre de 2018: Hoy se condensan nuestros llantos y puños, nuestros amores y guerras pan de cada día de estos últimos 17 años (y quinientos años más de lucha y sangre contra la colonización). Hoy volvemos a traer la palabra de la vida, de la tierra, de sus hermanos cerros y pájaros, del agua, de los cielos azules, de los hermanos árboles, guerreros firmes ante las peores tempestades. Hoy como cada día de lucha honramos la vida de aquellas mujeres y hombres que ya están sembrados y que partieron soñando el lago de ellos y sus nietas y nietos. Hoy queremos decirles a todos, otra vez, firmes y claros que, NO SOMOS COMPRABLES, NO NOS VAMOS A TRAICIONAR NI A NUESTROS HIJOS NI A NUESTROS NIETOS.