“Son las 8:30 en la Ciudad de México ¡Otra vez tarde! Vas corriendo camino al trabajo, doblas la esquina de siempre. Sientes la presencia de un joven detrás de ti, volteas hacia atrás, pantalones “cholos”, gorra, ropa deslavada. Toma tu misma dirección, acelera el ritmo de sus pasos (...)