Palabras de la Ké Huelga para el 30 aniversario del Frayba
“La libertad de la palabra es un derecho natural tan antiguo como el habla misma... hacer radio libre es ejercer ese derecho.”
Antes de empezar, queremos agradecer la invitación que nos hicieron para participar en este encuentro y en este aniversario número 30 del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
Por sugerencia de los compas que organizaron la Mesa titulada: Defensoras, defensores y periodistas, queremos iniciar hablando de nuestro proyecto comunicativo, posteriormente hablaremos de nuestra experiencia ejerciendo el derecho a la comunicación y la información y, finalmente la importancia que para nosotros ha tenido la colaboración con el equipo de medios del Frayba.
1. La Ké Huelga, para aquellos que en este encuentro no la conozcan, es una radio libre transmitiendo en frecuencia modulada, ubicada en la Ciudad de México y cuya señal, actualmente y desde octubre de 2018, se encuentra interferida. La radio Ké Huelga nació un mes de abril hace 20 años en el contexto de la huelga estudiantil en la Universidad Nacional Autónoma de México. Inicialmente, el objetivo de quienes nos legaron la radio, fue el de dar a conocer la información que se generaba desde y para el movimiento estudiantil, además de combatir la difamación y la invención de un sujeto juvenil delincuente, ocioso y alterador del orden público, que los medios masivos de comunicación generaron contra los estudiantes huelguistas y difundieron entre la sociedad en general. Esta situación nos permitió reconocer la importancia de combatir la difamación a través de la emisión de las voces de quienes luchan y resisten. Es por ello, que hasta ahora quienes sigan nuestras transmisiones, escucharán los testimonios fieles de quienes luchan, sin mediaciones ni interpretaciones nuestras. Esto hace que nuestra radio sea un puente de comunicación, conocimiento y reconocimiento de quienes luchan con otros públicos y otras luchas. También implicó la reapropiación y creación de nuestra propia tecnología, lo cual posibilitara mantener activo dicho espacio de comunicación. El golpe policíaco contra el movimiento estudiantil y la huelga universitaria, ocurrido con la entrada de la Policía Federal Preventiva a la UNAM en febrero de 2000, también repercutió en la radio, pues sus transmisiones fueron interrumpidas. En mayo de ese año de la represión contra el movimiento estudiantil, el equipo de la radio se volvió a reunir y se decidió ampliar el horizonte radiofónico para que los mensajes de lucha y resistencia no quedaran reducidos exclusivamente al movimiento estudiantil, sino que la radio y sus tecnología permitieran visibilizar otras luchas y procesos organizativos, de tal forma que las resistencias de México y el mundo también tuvieran un espacio importante en la radio. Para el año 2001, los compas que refundaron la radio establecieron una serie de afirmaciones que aún siguen siendo parte de nuestra apuesta política: no somos periodistas, no buscamos la nota ni nos conducimos como los traductores de la realidad. Tampoco hacemos promoción política, ni de personajes que participan de dicho ambiente, no promovemos gobiernos, ni permitimos contenidos machistas, sexistas, racistas, ni alusiones a favor o en contra de alguna religión. Tampoco vendemos nada: “no somos más que tiernos angelitos en busca del desengaño”.
2. Desde 1999, construimos una radio y un espacio de comunicación libre, cuyas ondas libres emitidas a través del 102.9 FM nos permitieron ejercer nuestro derecho natural de comunicar, la elección de enunciar y la capacidad de crear, no solamente información, contenidos y canales de comunicación, sino también relaciones con otros compañeros que luchan en los medios libres. Esta posición implicó que la radio se autodefiniera autogestiva y autónoma. Es decir, que estuviera guiada por sus propios principios, historia, asamblea y nociones de comunicación y construida, cuidada, reparada o renovada por quienes la integraban. En ese camino, nos dimos cuenta que para mantener la libertad de expresión era necesario establecer una independencia respecto al Estado, quien regula y limita los contenidos en aras de proteger sus propios intereses. Entonces nuestra consigna es: No necesitamos permiso para ser libres ni para ejercer nuestro derecho natural a la palabra. Por eso, usamos la tecnología únicamente para amplificar las voces de quienes luchan y resisten. El amplio margen de acción que posibilita la radio, para quienes participamos en este espacio, ha permitido una búsqueda de formas cotidianas de combatir la dominación, el capitalismo, el Estado, y todo aquello que limite o regule nuestras ideas. Ese margen de acción es compartido con otros medios libres y radios comunitarias y libres, y se extiende hacia organizaciones, agrupaciones, personas y centros de derechos humanos que nos permiten mantenernos de pie frente al asedio. Ese margen de acción es una red que se va creciendo, como está ocurriendo en este encuentro, que nos reunió en un festejo para hablar de la defensa del derecho a la palabra.
La Ké Huelga está conformada por una colectividad que trabaja de forma voluntaria, sin recibir ninguna remuneración a cambio. Nos congrega tan solo el compromiso que nosotros y nosotras mismas nos proponemos. La participación en la radio responde al deseo de crear un espacio y los medios para la circulación libre de las ideas. Uno de nuestros mayores desafíos es lograr que la participación sea efectiva, es decir que ayude a reconstruir continuamente ese espacio libre donde no existan relaciones de dependencia y pasividad. En este sentido pensamos que la socialización de los conocimientos nos permite hacer de la radio una herramienta para la creación de prácticas y lenguajes nuevos para mundos nuevos, comunicación clara y sin comerciales para hermanar personas y colectivos. En la radio se amplifican testimonios y se crean lenguajes, relatos e imágenes que fortalecen la lucha y que van y vienen entre los distintos frentes de lucha. Combatimos abiertamente la separación entre la vida cotidiana y los procesos de comunicación, pues pensamos que la radio libre, más que traducir la realidad y crear profesionales de la comunicación, debe comunicar la movilización social, las rebeldías, los sonidos y los testimonios de quienes luchan contra el monstruo capital, al tiempo que construye vínculos, afinidades y colectividad. En este camino colectivo, nos hemos acercado con muchos y muchas compas en varias latitudes del planeta, con quienes hemos construido comunidad a través de la radio, como ocurrió con nuestros compas en Grecia y aquí en Chiapas.
3. En 2015, reflexionamos en torno al quehacer de nuestros espacios y medios de comunicación, así como sobre el quehacer y la participación de los medios libres en las luchas sociales. Propusimos la creación del Sistema de Información de la Resistencia (SIR), como un ejercicio de coordinación entre los espacios de comunicación y aquellas personas y agrupaciones que luchan con el fin de que formaran parte de las tareas informativas, haciendo llegar información y contenidos informativos. De esa propuesta, hemos tenido la satisfacción de reconocer que uno de esos esfuerzos por mantener la coordinación, acompañamiento, colaboración y compañerismo con esta radio y los medios libres ha sido con nuestros compas del Frayba. El trabajo realizado ha implicado transmisiones de eventos, asesorías, producción de audios y la realización y retransmisión del Notifrayba.
4. Actualmente nuestra querida radio Ké Huelga se encuentra interferida y en medio de una campaña de aniquilamiento. Desde el año 2006, con la Reforma a la Ley de Telecomunicaciones, el espectro radioeléctrico se consideró como un bien nacional, con lo cual se criminalizó el uso libre de la frecuencia modulada para todas las radios comunitarias, indígenas, independientes y, por supuesto también a las radios libres como la Ké Huelga. Las represalias contra el uso del espacio radioeléctrico y el ejercicio del derecho a la comunicación y la información a través de las radios libres y comunitarias ha adquirido varias formas: una de ellas ha sido el decomiso de equipos de transmisión, persecución y asesinato de los integrantes de las radios en varias poblaciones del país. La otra forma de criminalización y represión ha sido la interferencia de las frecuencias libres. Las agresiones que hoy vivimos forman parte de una campaña emprendida durante la década pasada, pero que en los últimos cuatro años ha cobrado mayor fuerza. En 2015, fue destruida la cabina de nuestros hermanos y hermanas del colectivo Regeneración Radio. En 2017, el Instituto Federal de Telecomunicaciones, vendió al empresario Eduardo Henkel la frecuencia del 105.3, por donde emitían nuestros compas. Aunado a esto, en octubre de 2017 se dio a conocer un proyecto de modificaciones al Código Penal y a la Ley Federal de Telecomunicaciones que impone penas de 2 a 5 años de cárcel, sanciones económicas hasta por 300 días de multa y decomiso de equipos a quienes operen estaciones sin contar con la concesión otorgada por el Estado. El proyecto legislativo sigue sin aprobarse, pero los decomisos, interferencias y acciones ilegales siguen operando contra las radios libres.
5. Para nosotros, nosotras, el trabajo colaborativo que ha significado la realización del Notifrayba ha significado un esfuerzo colectivo por escuchar, compartir y llevar la palabra de los pueblos, las organizaciones y las y los sujetos que resisten y defienden la vida. Con este trabajo colectivo, las y los que resisten y defienden, toman el espacio radiofónico para denunciar y exigir al estado, para demandar el respeto a sus derechos y para celebrar la vida. El esfuerzo de las compañeras y compañeros del Frayba y la Ké Huelga que realizan el noti es también una forma de acompañamiento, de resistencia y de hacer comunidad, de apropiarse de los espacios comunicativos para demostrar que no hace falta ser profesionales, sino de ser compañeros y compañeras, de querer organizarnos para compartir. Cual poema de Ricardo Reis, esta relación nos recuerda esas palabras que nos sitúan frente a nuestras y nuestros compas de lucha: Sin esperanza, ni destino que sepamos, somos ciegos, que ven sólo a quien tocan. Esta relación, ha tenido como resultado una constante realización y difusión del notifrayba, uno de los pocos noticiarios de derechos humanos en México que sigue apostando por vincularse con los medios y radios libres y comunitarias.
6. Vemos que los tiempos que están llegando son de un gobierno que está construyendo un monstruo con los fragmentos del Estado mexicano del siglo XX que yacían enterrados entre manuales de gobierno de los años 60 y 70 y los estatutos del corporativismo priísta. Son tiempos en los cuales, quienes ahora gobiernan este país han tomado por objetivo el desempolvamiento de ese proyecto de homogeneización social del Estado mexicano. Ese proyecto estatal que, durante buena parte de la historia del siglo XX en este país, anuló, a fuerza de represión, masacres, política pública y exterminio silenciado, a las oposiciones, las manifestaciones de resistían y a los pueblos indígenas del país. Vemos que esa homogeneización, tiene varios matices: por una parte aparece como benefactor de los pobres repartiendo apoyos con dinero de todos a cambio de lealtades; también reaparece el “fantasma del pueblo mexicano”, y por el cual se pueden justificar ecocidos y megaproyectos —como los de Huexca y la zona Maya—, asesinatos de defensores sociales y exterminio de pueblos. Otra veces, aparece como el “fantasma de la paz y la conciliación” y por el cual se justifica la militarización —a través de la Guardia Nacional y la implementación de Ley de Seguridad Interior— y por ende la pacificación de los márgenes del país. La pacificación, no solamente recuerda las épocas doradas de mayor represión del estado contra las guerrillas de los años 60-70´s o de los 90´s contra nuestros y nuestros compas zapatistas, también nos remite al siglo XIX y aquella época en la cual se conformó el Estado mexicano mediante el exterminio y aniquilación de otras formas de vida y de organización que no fueran las de carácter moralizarte y constitutivas de personas que establecía el estado. Ahora, quienes pretenden administrar la guerra en el país apuestan por crear nuevos sujetos, nuevos ciudadanos, leales y dependientes de las prebendas gubernamentales, como una de sus principales apuestas para reconstruir un nuevo Estado Mexicano. La interferencia, que impide a las ondas hertzianas del 102.9 llegar a los radios de nuestros y nuestras escuchas, apenas es una manifestación de la campaña de aniquilamiento de las disidencias. Frente a este panorama enceguecedor reafirmamos la importancia de caminar juntos. En los años, hasta ahora más crueles, de la guerra en México aprendimos a acompañarnos, a colaborar, a reconocernos y a amplificar nuestras voces y las voces de quienes luchan. Y hoy, en los tiempos del supuesto gobierno democrático, invitamos a todas y todos a no callar, a seguir amplificando las resistencias sociales y las iniciativas para crear otros mundos de libertad, de alegría, sin represión y sin ogros filantrópicos que decidan por nosotr@s...